jueves, 10 de junio de 2010

Derritiendo almohadas

Y es tu suave aliento el que frena mi dulzor vacilante,
Transformándolo en raudo candor que incinera el instante.
La piel se vuelve agua al contacto ligero,
El agua se hace vapor que suspende la imagen.

Suelto el cabello, húmedo por pasión volátil,
Invade el sentido febril a los cuerpos desnudos.
Si callo ahora no podre saber lo que quiere decir,
Si hablo ahora no podre decir lo que quiero saber.

Me encuentra el momento esperando con los ojos abiertos,
Me rodea y se apodera de los murmullos muertos.
Balanceo mi sentir inmenso en la cuesta celeste,
Poso mi cabeza exhausta... y derrito la almohada.

1 comentario:

  1. Ingrid, hace una semana que leí tu poema... y la verdad es que raya lo pornográfico XD. Si, en realidad está bueno =).

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