miércoles, 5 de agosto de 2015

Buenas noches amo

Ayer  llegó un amigo  nuevo a la casa, el amo le dice Docky. A mí  me dice Toby. Cuando el amo lo entró a la  casa me lo presentó y yo lo empecé  a olfatear, era bien chiquito, todo arrugado, apenas  se  le veían los  ojos, pero era  simpático. En la tarde llegaron unos amigos  del  dueño a la casa, eran esos que  tienen el auto grandote en el que me encanta  hacerme pipí en la rueda. El amo los  llevó a la galería y  les  mostraba a Docky como algo  nuevo, repetían muchas  veces  la  palabra  raza, yo no sé  todavía lo que eso, y otra palabra  como sharlei o chartei, bueno la cosa es  que  yo estaba  jugando con mi pollo de  goma, así que  no escuche  mucho. Le hacía  mucho cariño. El  nuevo amigo era bien especial, tenía  miedo. En la  noche se  ponía  a llorar  porque  extrañaba  a  su mamá, me  contaba que estaba  calentito durmiendo al  lado de  ella  cuando  el amo lo  fue a buscar y lo  echaron en una  cajita  y se lo trajeron, me  dio pena, así que  lo  dejé acostarse  al  ladito  mío, en mi cuadrado de madera, le dejé  claro que era  momentáneo.  

Hoy en la  mañana jugamos con las  pantuflas  del amo, le  enseñé como sacarlas  sin que se  despertara, después lo dejé jugar con el pollo de  goma, aunque al principio me  enojé  porque  lo sacó  sin permiso.  El amo nos  dio  comida, la  del chiquito era  diferente, como más pequeña  y no me  gustó el sabor. Fuimos  a ver tele en la  cama con el amo, todos  los sábados en la  mañana hacemos eso. A Docky le gusta lamer la  cara del amo y él  solo se  rie, así que  yo también quería  jugar, pero  cuando lamí la  cara  del amo no me di  cuenta  que  tenía la boca  abierta y él  se enojó, me  dijo que  era  bruto porque  boté la  bandeja del  desayuno, y me bajó de  la  cama. El amo a veces  hace  eso, me dice ¡pucha Toby! , y no me habla por  un rato o me saca al patio.

Es raro que ahora seamos  tres en la casa, antes siempre hacíamos todo juntos , el amo me llevaba a pasear  en el auto, íbamos a su otra  casa, donde  vivía  su mamá, ella siempre me daba galletitas. Me llevaba donde el  señor de  delantal blanco, me da un poco de  miedo el  señor  de  delantal blanco, siempre  que  iba me daba unas  cosas amargas y me pinchaba como una  espina en la espalda y el amo me  sujetaba  y  me  soplaba la cara, igual me  daba risa que me soplara la cara.  Con el amo salíamos a pasear, yo  tenía un collar  lindo, era azul con una  gran hebilla, el  amo  me  llevaba  al  parque  con una  correa y  recorríamos, yo antes  creía  que  ese  era el mundo , y el  amo  siempre  me alejaba  de los perros más  grandes. El  collar está colgado en la galería, amo  dijo que ya  me  quedaba  chico, que  me compraría  uno  nuevo, pero creo que ya  se le olvidó. Ahora  me deja  salir  solito a la calle, me abre la  puerta de  la  reja y yo salgo a caminar , el mundo no era  solo el  parque , a veces  camino mucho y dejo de  sentir  el olor del amo, si  cruzo un  puente me encuentro  con los del  grupo  grande, ellos  no tienen amo, pero la gente  les  deja comida  en la puerta  de  su casa, saben justo cuando  le  van a dejar su platito y  tienen una  ruta que  siguen todos  los días. Cuando recién los conocí llegó el más  negro de  todos y  me empezó a oler y  después   a  ladrar, primero me  asusté, pero después me  invitaron a jugar con la basura y es  entretenido. Jugar  con la basura es como un juego que vi en los humanos para el cumpleaños del sobrinito del amo, pero ellos tenían una basura que colgaba del techo, y la hermana del amo era la que  ganaba porque  ella hacía explotar la bolsa y todos los niños iban y  recogían la  basura, yo también intente, pero el amo me tomó en brazos.  Bueno, con el grupo grande jugamos  harto a explotar  la  basura, yo  gano  seguido porque cuando me paro en dos  patas soy  bien alto y la gente  cuelga la basura a mi altura. Hay algunos del  grupo  grande  que tienen que  saltar  mucho y le van enterrando los colmillos a las  bolsas y la  van desgarrando y así explota la basura, de a poquito. Hay  muchas  técnicas  para  explotar la  basura, es  entretenido.  A veces los  humanos también quieren jugar  y  nos persiguen, casi siempre con escobas, el otro día a un chiquitito del  grupo grande le pegaron en una pata, y  todavía  camina raro, pero es porque corrió lento, el juego es  correr  rápido.

El amo me  reta  cuando llego muy  sucio, a veces llego  con tierra mojada y el amo no me  deja  dormir con él, pero igual al otro día me abre la reja y  puedo salir a pasear, llego cuando el sol se  está poniendo, el  amo me da  agua y comida y me hace cariño un rato.

Hoy quería llevar a pasear al nuevo, pero el amo no me dejó, lo sacó a pasear él con el collar  azul que ya no me queda, los seguí  un ratito por el parque, pero después me aburrí  y fui al otro lado del puente, con los  del grupo  grande  fuimos  a perseguir  ruedas, vamos  a la  avenida de los autos y cuando pasan ruedas las tenemos que intentar  morder, es como  si te limaran los  dientes, es super adrenalinico. También son divertidas las ruedas de  bicicleta, aunque los  humanos de las  bicicletas siempre  empiezan a patalear  cuando nos  ven, como a pegarnos  patadas, creen que los  queremos morder, pero nosotros  solo queremos lamer la  rueda, ese  es el juego de la bicicleta. Al  final del juego el que  lame  más  ruedas gana, y  come primero de los platos que deja la gente  afuera de las  casas o es  el primero en tomar  agua, así el plato no esta  con tanta  baba.  Hoy  no gané en perseguir  ruedas, pero  fue  entretenido.

Me despedí del grupo grande y  fui  a ver  si el  amo todavía estaba en el parque pero no estaba, después  fui a la  casa  y tampoco estaba, el  nuevo tampoco , así que seguí paseando, pero me fui  hacia  el otro lado, allá  hay  otro grupo pero no son tan amistosos, por  eso  voy  menos a ese  lado. Empecé  a sentir ese olor  rico , que me da  como cosquilla,  así que  lo seguí,  me  encontré  con el otro grupo  y  también sentían el olor, así  que lo seguimos juntos. Me gusta ese olor, así que  como quedé atrás por tratar de lamerle la rueda a una bicicleta  , me  puse  a correr  para  alcanzar  al  grupo y ganarles.  Pero  iba corriendo y algo me pegó, me dolió mucho y empecé  a llamar al  amo, pero no llegaba, se acercó una señora que bajó de un furgón, era la señora que le vende tortillas al amo y que me decía grandote. Me dolía mucho la barriga, creo que me dormí.

Aparecí en la casa del señor con bata, mi dueño está acá a mi lado, no me puedo mover  mucho, tengo un tubito que llega a mi pata, parece que el señor de bata me afeitó la pata, me carga el señor con  bata.  El amo  hace rato me está mirando, hace poco llegó la novia del amo y lo abrazó y  me hizo cariño, no me gusta el olor de la novia del amo, me hace estornudar, pero hoy no estornudé.  Me duele menos la barriga, pero  cuando el señor de bata me tocó, me dolió mucho. Me pincharon hartas  espinas, hay una maquinita con un ruido molesto a mi lado, como un pitito cortado. Hace unos minutos  le dijeron al amo que le daban un rato para que se  despidiera, nos quedamos solos en la habitación, el me hizo cariños y me hablaba y le  salían gotas de los ojos. ¿Porque se va a despedir?, yo no quiero que el  amo se vaya de  viaje  de nuevo y la mamá del amo me vaya a dejar comida en las tardes, no me gusta estar sin el amo. El amo le dijo al señor de bata que estaba listo, entró y llevaba un  tubo grande como con algo clarito adentro. Le puso algo al tubito que sale de mi pata, porque me da cada vez más y más sueño, siento la mano de mi amo haciéndome cariño en la cabeza, es relajante que él haga eso, voy a dormir rico, cuando despierte quiero que el amo me  lleve a la casa y me dé  el premio que me daba cada vez que íbamos al señor de bata, así como cuando era chiquitito. 
Tengo mucho sueño. Buenas noches amo

domingo, 16 de junio de 2013

MIGAJAS

Dicen que  los  pájaros  cantan al  amanecer
pero  los  míos  se  despiertan a medianoche,
me  desvisten en  delirantes  vuelos
y  se  alojan  en mi  sexo y  a veces  en  mis  senos.

Permanecen  ahí  por  unos  momentos,
mascullando  el  alma,
haciendo  que  tiemble  gozosamente ,
perdiendome  en  alaridos  que   empañan las  ventanas.


Mis   pájaros  cesan al  amanecer,
se   depiden de mí   con  golpecitos   de  nariz
me  besan  indiscriminadamente
y  emprenden  su  viaje.

Ahí  quedo ,  sumergida  en un  mar  de  sábanas,
con la   boca  entreabierta  ,  anestesiada .
Mis   pájaros  se   han  marchado ,
me  han  dejado   las  migajas  del  placer.


                                                    Uri Lastra

sábado, 12 de enero de 2013

VEINTITRÉS MINUTOS


Una  cucharada. Dos cucharadas. Untar un poco  más, observar lentamente  cada  detalle de esa cucharilla  y  llevarla a  la  boca. Salió  de  su hipnosis por  un momento, el  silencio  colmaba  la  casa y  eso  le  incomodaba. Buscó  el  control  remoto,  no estaba  sobre la  cama, se  colgó  de un lado de esta para ver  si estaba  debajo,  su  cabello  rozaba  la  alfombra  pelusienta , de  pronto  se vino   abajo  golpeándose  la  cabeza, se tumbó  de espaldas  mirando  cada detalle  del techo,  quedando ahí  unos  minutos.Ya  no  quería  el  control remoto. Tomó  la  nutella  nuevamente.Cuarta , quinta  cucharada,  cerró  el  frasco y  lo  lanzó  a un  lado, odiándolo  por un  instante. Pero  lo veía ahí,  sobre  las  toallas  húmedas  botadas en el  piso. Esas  letras  rojas le suplicaban abrigo cual mendigo. Gateó  hacia el frasco , lo  abrió y ansiosamente  tomó la  sexta , séptima y  octava  cucharada.Luego pasó lentamente  la  punta de  su lengua sintiendo el metálico  sabor  mezclado con el fantasma de la crema de almendras, repitió esto pero  aún más  lentamente ahora  con los  ojos  cerrados, le  causaba un  extraño  placer, de  pronto abrió los ojos  y  se vio reflejada en el espejo de  cuerpo entero  que  tenía frente  a  sí, se  veía  bien  haciendo esto. Bajó lentamente  el  utensilio de metal  por  su labio  inferior,  lo hizo  bailar  por  su  mentón,  zigzaguear por  su  cuello,  avanzar  por su escote ,  estaba totalmente  conectada  con  cada   contacto  y  respuesta  de su  piel , le  pareció  algo  hermoso,  repitió  el mismo  recorrido pero ahora  en  dirección contraria. Sus   dientes  acariciaban   sus   labios  entre  mordisqueos deseosos , sus  hombros  se  estremecieron  y  avanzaron hacia  atrás  como  queriendo  salir de su  eje. 

Volvió en   sí, sacudió su  cabeza  y comenzó  a reír  mirando  el objeto  entre  su  mano. Novena  y  décima  cucharada ,  comenzó  a sentir  un  calor ascendente   desde  su  estómago.Fue  al   baño  y  se  mojó  la cara ,  era  una  noche  de  mucho  calor , hizo  volar  la  camiseta con que  andaba y  volvió  a  la pieza.  Robó  otra cucharada  al  frasco ,  y  de un  salto liviano  subió  a la  cama. Se dejó  caer sobre un  costado , sentía  el  aroma  floral de su cabello que  se extendía  bajo su  rostro  como  cascada  castaña sobre el cobertor   blanco,  apreció  cada detalle  de  ese  cauce. Bostezó  acariciándose  la cara  y  rodando  por la explanada  inmensa  que en ese  instante  le  parecía   su  cama . De espalda observó  sus  pechos   que  se  mostraban impetuosos ,  comenzó  a  acariciar sus  relieves  de un lado  a  otro  con una  delicadeza única. Desde  una  axila hacía   bailar  sus   dedos índice y  anular , alternándolos,  dibujando círculos  hasta llegar a los pezones que  se  encontraban  erguidos ,  palpándolos, dando  un apretón a  toda  su   mama izquierda  como  señal de  despedida   para  pasar  a la  derecha  donde  la mano se  mostraba  más  pesada ,aplastando la piel,  recorriendo  con la palma la  extensión,  este barrido  llegó  hasta   el  cuello ,  el  dedo  pulgar  viajó  hasta la  boca  que  lo esperaba   y los  otros  dedos  acariciaron  la oreja  izquierda  buscando  cada recinto. La  respiración parecía  vaporosa, la mano izquierda  bajaba  inquieta  por el abdomen, jugando  con la pretina del  calzón , luego  avanzando bajo  el  encontrándose  con la calidez  del  sexo    que  explotaba  en  cada contacto  con la yema  de los  dedos ,  era un  baile fabuloso  produciéndose  bajo  su  ropa interior.


Lo   que  vino  fue   un  frenesí ,un  ardor   recorriéndola  por  completo,  una    búsqueda  de  un jardín  secreto  que la  transportaba  a un  espacio  y  tiempo diferente,  en que  estallaba, descomprimiéndose,  donde  cada  uno  de  los  seres  que  habitaban   dentro de  ella  actuaban a la  vez  por unos  segundos .

Su mandíbula se abrió, un gemido escapó  de  su boca  inundando la  habitación, una ola epidérmica  de  pies  a  cabeza,  cada  musculo  hablaba por  si mismo  y   volvía a   la  mudez  absoluta , acomodándose. Cada poro  se  expandía , como  tomando aire , una  gran  bocana  para volver  a las  profundidades.
Todo era una  sinfonía  maravillosa,  que  ella  podía  crear  como  un pequeño  dios ,  recorriendo  cada  uno  de los parajes  de ese  mundo   en que  se convertía  su cuerpo   ahora lleno  de placer sobre  la cama, podía  elegir   cada  nota,  cada tiempo,  tenía  el  completo control  y a  la vez  se  podía aventurar a conocer tantas inéditas   percepciones.

Dormitó  un momento,  se levantó de  la  cama, caminó  hacia el  baño  y en el espejo  vio  su  rostro con esa  nueva  expresión de plenitud  que saltaba  desde  sus  ojos. Se  veía   hermosa,  deseaba  poder abrazar su  reflejo.  Se dirigió  al  dormitorio  y  tomó  la  que  sería la ultima  cucharada  de  pasta de la  noche, la disfrutó al  máximo ,  sintió  los  sabores invadiendo  cada  papila. Era delicioso.


Se  encontraba  exhausta, se acostó y  rápidamente  cayó en un  profundo sueño. Olvidó  apagar  la luz  del  dormitorio, la que  iluminaba  su rostro entre  los   almohadones y  lo  hacía  aún más  precioso.


A eso  de la medianoche llegó  él,  se conmovió  al entrar al cuarto  y ver tan bello  espectáculo sobre  la  cama matrimonial.Amaba  tanto  a esa  mujer.Se  acercó  y  no  pudo  evitar besarla  en la  mejilla  causando que  despertara,  se  veía  diferente  , más  hermosa, la  beso  acaloradamente en los  labios  y  la  miró  con esa  cara de complicidad  llena  de  deseo,se despojó  de su  ropa quedando  solo  en ropa  interior  y se metió  a la  cama  junto  a  ella.  Se  arrebataron a ese  amor, fueron veintitrés  minutos de movimiento  palpitante bajo las sabanas.  


Veintitrés minutos  que la  dejaron totalmente desilusionada  y profundamente convencida de que podía  encontrar  más  placer con un  frasco  de nutella  y una  cuchara de metal  que  con su marido bajo las  sábanas.

domingo, 4 de noviembre de 2012

CHARLANDO CON LA CALLE


¡Tacón de mierda! Venirse a romper  ahora, cuando  voy por  una  de las  calles  más peligrosas de la  ciudad  y  además de madrugada. Esto es un fiasco. Tengo el rímel corrido,  soy  un mamarracho.
 Nunca  había caminado por acá. Tengo un poco de miedo, siento mi  respiración algo agitada. Estoy  pensando mucho, sí mucho. En realidad  tengo una  mazmorra en la  cabeza. Siempre he sido de las que les cuesta asimilar las  cosas, tengo un  llanto diferente,  como con efecto  retardado. Pero esta vez no  fue así, fue un efecto automatico, como si  viniera viendo esto hace mucho tiempo,  hace años. Por primera vez en la  vida no puedo armar ese refugio en el que siempre me escondo, en el  que guardo lo que me daña y  sigo el camino sin agravios. Ahora soy  un asco.  ¡Si me vieran! soy un atado  de mocos andando por la calle.
No entiendo que fue lo que más me dolió. Solo  se que siento en el pecho una  opresión,  como si tuviera que botar algo. Llevo más de diez  cuadras  botando lágrimas y  esto  sigue  ahí. ¿Qué será lo  que me duele? ¿no tener  plata  para un taxi? ¿tener que irme caminando en estas condiciones? ¿ estar sola? No, soy yo la  que me duelo, la  seguidilla de malas decisiones que he tomado y  todas sus  consecuencias. Mi  falta de agallas, ¡por  Dios  mi  falta  de agallas! Si soy la  cobardía en persona. Pero a pesar de  todo esto había  intentado ser valiente y creía que actuaba  bien, pero me equivoqué.
Hay mucha gente que dice que equivocarte te hace crecer, si  fuese así yo mediría un  metro ochenta  y no el metro y medio que mido. Me he equivocado  tanto. ¿Pero por qué ahora me equivoqué? Si pensé detenidamente las cosas, como se debe hacer, intenté ser sincera, busqué las palabras precisas, aunque no  ocupé todas. Me faltaron las  cinco palabras más importantes: Tú eres prioridad,  no alternativa.
                                                   Uri Lastra


PD: Al leer hacerlo con tono argentino.

sábado, 24 de marzo de 2012

SOY


Soy  lo que  soy, y  lo  que  nadie   se merece,
soy  lo  que  oculta la  mano  bajo  la  alfombra.
Soy  la que  se  estremece   con el  vaivén  de la  escalera,
La  que  espera  el  sol  despierta  cada   mañana.

Soy  la sin  dueño, la  que  vuela al  son de la ventiscas,
La  que  araña la madera  de la  marquesa, sola  cada  noche.
Soy  la  que  se olvida de  cerrar  las cortinas  de la  alcoba,
La  que  se  entume  pero le  gusta, para   así  tener  al  frío   como  compañero.

Soy la  de nadie, ni siquiera de si misma,
La que  recorre  la  vida como un  artista en la  cuerda  floja.
Soy  la  que  no teme  a  caer   porque  espera el  impacto,
Y  despertar  de  golpe  al tocar  el  suelo, abrir  los  ojos  y volver  al  fin  a  la  vida.

viernes, 19 de agosto de 2011

SE BESAN


Sus  labios  se    tocan   y   los   arboles  parecen  cambiar  de  forma ,
su  bocas  se   juntan  y  el  urbano  clamor  parece  silenciarse por   completo,
sus lenguas se  buscan  y  juegan,  mientras   el   suelo que  pisan  se  va  esfumando,
y  solo  quedan  ellos,  que  se   besan  atrapados  en  esa  comunión  incalculable.

Se besan  y  parecen  estar   dichosos, volando  sobre  nuestras  cabezas,
Viven   solo de   amor  y de  aire ,
Se  besan  y  no  se  esconden , pues  su amor  engrandese  el  mundo ,
Se   besan  y  son  envidiados  por  esas     almas que  nunca  han  sentido  el  besar  sin penitencia.

Siguen   besándose  así  estos  amantes  algo  abrumados ,
Ahora  ocultos  en la penumbra  de la  noche  que  aun  no  empiezan a  notar.
Ni  el  frio  ni  las  sirenas  los    evaden  de  su  letárgico   estado  impreciso,
Nadie  sabe que  estará  pasando  por  sus  mentes  de amor  y  luz.

Se  besan  y  todo  el  mundo  los ve  al   alba.
Son  los   dos  locos   besadores  que decidieron  sus   vidas  así  pasar.
Se  besan ,contaban  los  abuelos  ,en  esa misma  esquina  en  ese  mismo  lugar,
         Se   besan  y  ya  no hay   nada ,
                         Se  besan   en   ese  lugar.

VENTANAL


Apoyé   mi  nariz   contra   el    frío y empañado vidrio, llevé    mi  cabeza de un  lado a  otro, auto acariciándome, humedecí  toda  mi  cara. Miraba  hacia  afuera  y  no  veía  nada,  absolutamente  nada,  ni siquiera veía mi  reflejo. ¿No tenía reflejo? Desde hace un tiempo que era   evidente   que  una   parte  de  mi se  iba   esfumando,  creo  que  empezó por  un  pie, no recuerdo  bien. Sí,  creo  que   fue   por  un  pie. Parece  que  fue  esa  mañana   en que  me  enderecé  en la  cama  y  posé  mis  pies en la  bajada, y ahí estaba,  una  mancha,  algo    borroso  en la  punta  de mi  dedo   gordo.  Después    volvió  a suceder,  un  día en que  salí de la  ducha y   al mirarme en  el  espejo  vi nuevamente una     mancha pero   ahora   en mi hombro derecho. Todo   esto    siguió sucediendo,  tanto así  que dejé de  impresionarme, es   más, preferí  dejar  de mirarme  al  espejo  para  evitar   cualquier   situación  incómoda. Aunque   de  vez  en  cuando   me   daba   alguna   miradita  por  ahí  en  alguna   vitrina del  centro, pero   nada   más  que  eso.
Un   día   me   miré y  no  quedaba   de  mí  más  que una nubecita. Pero ahora,  ahora  no  había   nada, por más  que  limpiaba el  ventanal,  mi imagen no aparecía.  Era definitivo yo  ya  no  existía. Hubiese    sido  tan  fácil como limpiar la primera  vez esa  manchita   de  mi  pie. Pero  era  tarde, ya  no  había un   yo.
Estaba   decidida, quería  hacerme   reaparecer,  me  clavé  ahí  frente  al vidrio,  estaba    dispuesta   a permanecer   ahí  por   siempre ,  solo  quería    volver  a  ver mi ojos, mi  nariz  que  aunque    grande  y  tosca  era mi  nariz, mi  cuerpo, quería  verme. Me  empecé  a  entumir ahí parada. Aparece, aparece, era  lo  único  que me  decía. ¡Nada! 
Se aclaró  al  otro  lado de la gran  ventana. Aparece, aparece. Nada.
Apoyé todo mi  cuerpo en el vidrio,  abrí mis   brazos, posé  mis   senos, luego  mi  espalda, hice    bailar  mis  manos   por   toda  la  llanura. Aparece,  aparece. Nada.
Me  estaba  resignando,  nunca  más   me   vería. Tal vez  no  quería   verme, y  ese  era   el  problema. Odié tanto   tiempo  mi  imagen, odiaba  cada  detalle, esos  mismos  detalles  que  estaba  desesperada por observar nuevamente. Eran  esos detalles los  que  formaban  parte  de mí,  los   que me  daban la  identidad, los  que  eran  mi  imagen,  mi  nombre.
Manipulé mucho  mi  imagen y  provoqué   que  huyera, que se  fuera  despavorida y  me  abandonara  completamente. Vuelve,  vuelve. Nada, no  volvía.
Enloquecí   completamente, no  podía   vivir  así. Comencé  a  ver  todo mi  entorno como una  gran  nube, nada  era nítido. Comencé  a    dar  vueltas  sobre  mí. Un gran  rumor  venía  desde  el  ventanal,  un   rumor  penetrante  y  ensordecedor. La nube  que me  envolvía comenzó a subir,  no  podía  respirar,  entré  en  pánico.  Dentro  de  mi  desesperación con mi mano  tanteé un objeto  pesado, no  podía darme  cuenta  de  lo  que  era. Como  por  inercia  lo  arrojé al vidrio frente a mí. Fue  el  mejor  estruendo que  he  escuchado  hasta  ahora. De  un  momento   a  otro me vi  rodeada de pedazos de vidrio. Había  acabado  con el  ventanal, se  habían  ido los rumores, ya  no  importaba mi  reflejo. Había  hecho  añicos el  ventanal.

EXTRAÑA CRONOLOGÍA


La puerta volvió a  ver pasar   a la misma mujer   por  su   umbral,  hacía lo mismo  que  hace  tantos años: se  sentaba  en   el  borde  de la  cama ,  abría el cajón de  la mesita  de noche, y  sacaba una  libretita y  un  lápiz. Siempre  había  una  nueva  expresión  en  su  cara  al  momento  de   anotar. Esta  vez   escribió  “1 116” con letra  grande y  clara, seguido  de  una  detallada  descripción algo  calentona  de  aquel  mil ciento dieciseisavo  beso que  daba  en  su vida.
La  primera vez  que  besó  a  un  hombre, o más   bien  a  ese  espinillento  niño  de su  misma  calle,  ella descubrió   que  había   algo  oculto  en  ese  acto. Y  cuando  pensó  que  todas  esas   sensaciones  podían  desaparecer  de la  faz   de la tierra al  transcurrir  el tiempo, decidió  plasmarlas, dejarlas   para  el  recuerdo.  Eso  era  lo  que   hacía  ahora, anotaba  cada  movimiento  y  sensación  del  beso  que  acababa  de dar. Pero en  aquella  libreta  no  había  ningún   nombre  repetido. Ella  estaba  totalmente  segura  de  que  el  primer   beso  es siempre el mejor, y no  quería  malgastar   tiempo  tratando  de mantener  relaciones   duraderas  y   perezosas. Le   gustaba el amor   furtivo, los  amoríos  escandalosos,  ser  la otra.  Llevaba cincuenta  y  dos   años  de aventuras   de  besos,  y  nunca pero   nunca   había   siquiera  pensado  en  pasar  a  algo más,  sólo   se conformaba  con  besos  duraderos, de  aquellos  que  pueden  tomar horas, pero   que  terminaban súbitamente   cuando  las manos   se   volvían  inquietas.  De  ahí   que  se  familiarizó  con  el  correr  repentino  sin  siquiera   despedirse  de  sus  amantes  circunstanciales, dejando  que   todo  fuera  parte  de la  espontaneidad  que la   caracterizaba.
Cada  beso  anotado en  aquella libreta  tenía  algo  de especial, un  aroma, un  sabor, una   caricia, una  situación  nueva. Cada  rozar de  labios  era una  explosión  de  placer, una  exploración, un  mundo. Pero  a pesar  de  querer  gritarle  a  la humanidad todo  lo  que   había    sentido, tenía  un  tanto  de  vergüenza. Le  intimidaba  el  hecho  de  ser mal  catalogada, y mucho más   ahora a sus   años. ¿Qué   diría la  gente? Sería  un  escándalo. Pero  eso  la inspiraba  aún más. Hacer  algo   a  hurtadillas, sentir   adrenalina.
Terminó   de escribir, releyó  con  orgullo  la  historia  de su reciente   beso, cerró  el cuadernillo y  lo puso  en  su  lugar. Se  dejó   caer   hacia  atrás  y  comenzó  a  reír  a  carcajadas. Ya  eran  1116,¡1116! Y  quedaban  más. Inició   un  inventario cronológico  de  sus  numerosos  ósculos, cada historia, cada   hombre, una  que  otra  fémina. Había  tanto,  tanto  que  recordar. El  tiempo  ya  la  estaba  haciendo  vieja   y pronto   comenzaría   a  olvidar, por  eso  cada   cierto   tiempo  releía  esas  páginas, para  mantener   todo  vivo. Le   fascinaba la idea   de que  en  algún  remoto  momento, siempre y cuando  ella   no  estuviese   viva,   alguien  leería todo ,  sintiendo  todas las  fogosas  sensaciones  que  ella   intentaba plasmar  en la hojas.¡ Qué   divino  sería!
Su rostro  se invadió de  expresiones de   gozo, sentía la  intensidad  de mil orgasmos  a la vez, sentía   todo  y a la  vez  nada.  Amaba  ese  librillo,  lo  amaba  tanto  como no  había   sido  capaz  de  amar  a  alguien. Se repetía   en  la  mente “1116, y  quedan más”. Había  una  gama   de  percepciones  que le  quedaban por  conocer. Un  montón  de  números  y  nombres  que  debía  anotar. ¿Quién  sería  el  1117?  Tal vez  ese  hombre  de  apariencia  oscura  que  tanta   curiosidad  le  causaba  al  verlo  todos  los  día   sentado  en el  paradero de la  placilla. Ella  podía   ir  mañana  mismo,  acercarse,  hablarle  un  poco,  echar  a  andar   todas  sus  estrategias   de  conquista  y  como  es  de predecir,  conseguir   antes  del   atardecer  un  nuevo integrante  para  su  colección. Tenía  un nuevo  plan , una  nueva  víctima, una nueva boca.
Se  incorporó, era   hora  de   dejar  su  faceta oculta  y  volver  a  su  día, a  su  rutina,  a  ver pasarlas horas  en el  reloj, mientras  ahí  junto   a  su   cama, guardaba  un  tesoro   siniestro. Era   hora  de   salir   por  la  puerta  y  volver a  lo  suyo.
-          Hermana  Evangelina,  la  estaba  buscando,   ya  vamos  a  empezar   con  los   rezos  de   media tarde.  La madre  Facunda   preguntó  por   usted.-  pronunció   una  de las   novicias  que  pasaba  por  fuera  de la  alcoba.

-          Enseguida   voy, buscaré  el  rosario, creo que lo  olvidé.
La anciana  de   negros hábitos cogió  presurosa la  cajita  burdeo  que  tenía en  su  velador, justo  al lado  del oculto  libro. Al  salir, antes  de  cerrar   la puerta miró   hacia  adentro  y  con  una  reverencia  se  persignó  ante el crucifijo  que   colgaba  tras   su  cama. Siempre  le  estaría  agradecida  por guardar   tan  bien   su  secreto. Le   guiñó  un  ojo  y  cerró la  puerta.

miércoles, 17 de agosto de 2011

LLEGÓ


Desesperado llora en una  oscura  habitación  imaginaria,
Llora   llanto  imaginario,
Imagina  que  llora,
Llora  por perder la  capacidad  de  imaginar.

Se  revuelca  poseído  por la histeria,
Gimiendo  de angustia,
Manchando  de  tintas  sus temblorosas  manos,
Rasguñando  el  tiempo  frente  a  sí.

Luego  de tanta  invocación llega  como  una  fría  cascada,
capacidad  ciega ,  olvido ,  descontrol,
vacío  , compartimentos  que  buscan  guaridas,
que se  auto esconden , se  auto mutilan.
Buscan  hallar  una  muerte   más  gloriosa que  su vida.

Sacuden  el  lugar  de punta a punta,
Lo convierten, lo  seducen, lo  erosionan,
Dejan  el despojo  etéreo  de su paso,
migajas  para el  que  espera.

Permanece  entre  las manos  ya  domadas,
el orate  del  lápiz  fue  saciado,
ha  recibido  su  inspiración.

martes, 22 de marzo de 2011

CARTA DE RENUNCIA


--No sabes   lo  difícil  que  es  vivir  así, extrañándote  tanto, agonizando solo  con  el   hecho  de tenerte  a  miles de  kilómetros  de   distancia. Prometí sobrellevar  esto  de la  mejor   manera  posible, pero  me  cuesta  en  demasía.  Anhelaría  poder escuchar   tu  voz, aunque  sea  por vez   ultima.

Sé que  ésta   no  es  la  mejor   manera   para  renunciar  a ti, me parece  tan  frío. Me  encantaría  que  las  letras  puedan  empaparse del  sentimiento  que me  embarga.  Y   logren retratar  esta  acta  que  te  liberará   de mi.  Quiero  que  seas  libre, tan  libre  como la muchachita   agitanada  que  conocí, aquella  que  soñaba   con  viajar por  el  mundo y   que adoraba   juntar   su   cabeza  con la mía  planeando  la   mas   noble  de las   vidas   juntos. Quiero que   vuelvas  a  ser  tú. No  quiero  que  esperes  eternamente   por  mí, porque  no  hay amor  que   resista. No  sigamos  engañándonos,  viviendo de   esas  esperanzas volátiles. Vive  tus  sueños,  inventa  un  nuevo   mundo   con  alguien  que  no sea  yo.

Tan  solo  quiero   que  te  quedes  con  un   lindo  recuerdo  de lo  nuestro , de  este  amante  que por   siempre  te  recordará    desde  el mas   lejano  lugar  del  mundo. No   guardes  rencor  por  haberte ocultado la  verdad,  ni por  la malas  decisiones  que  tomé. Me  parece lamentable que    el boleto   de  avión  para  encontrarnos  nunca  haya  llegado.  Lamento  que     nuestros planes  se  vieran  truncados  por la   realidad.  Lamento la   discriminación  que   he   sufrido. Pero  amor  Mío, lo  que  más   lamento   son  estos  barrotes  carceleros   que  más   que  privarme  a  mí   de  mi  libertad, te privan  a   ti   de tener una   vida  feliz, al amar   a un  hombre  en  tan  lejano  continente.

ME  DESPIDO  DE  TI ,  RENUNCIO  A  TI,
RENUNCIO  AL NOSOTROS  QUE  ALGUNA  VEZ   FUIMOS.

sábado, 5 de marzo de 2011

RENGLÓN


No  encontraba  la  llave    correcta  para  abrir   la  reja, entre   tanto   nerviosismo   se  le  cayó  el  llavero. No   había    tiempo,  tenía  que  llegar  a   arreglar  lo  que  había   hecho.  Sin  pensarlo  dos   veces ,  trepo  la reja,  logró abrir   la puerta  de  entrada,  y  corrió desesperadamente  a  su  habitación,  sacó  de  un  cofre,   que   guardaba  bajo  su  cama,  un  atado  de  hojas, leyó  algunas   presurosamente ,  como   intentando  encontrar  algo,  de  pronto  de  detuvo,  ahí  estaba. Sacó  de  su   mochila   un  lápiz  y   comenzó a  tachar  gran  parte de  la  plana   que  había   seleccionado,  después   se sentó    detenidamente  a   escribir. Cuando   concluyó,  tenía    en   su  rostro  una  expresión  de   tranquilidad  muy   pocas  veces   vista  en  él,  porque  era   reconocido  por   sus   movimientos   exaltados y   poco   controlados  que  daban  a  conocer   su  personalidad   neurótica. Guardó las   hojas  junto   con   el  cofre. Tomó  su  mochila   y  salió  de   su  casa  rumbo  a  su   universidad. Luego  de  un  rato  llegó  al   salón de   clases,  donde   todos   sus  compañeros   lo  miraban   con   curiosidad. Era de   esperar   aquella   reacción ,  pues  hace  unos  minutos  había   dado  un   gran  grito  en  medio   del  examen  que  estaban  realizando, y   salió  corriendo  sin  explicación. “ Se   debió   haber   equivocado  en   marcar  una  alternativa, y  lo  más   probable es  que  vaya  a   cambiar   su  destino  con  su   libro  mágico”  dijo   uno  de   sus  compañeros  en  el instante   en   que  se  produjo  el  repentino  episodio , causando  una   carcajada  masiva   en   toda la  clase. Ahora   que   el joven volvía   a  su   asiento  para   retomar  su  examen, el   profesor  se  acercó  a  él  y  con  un  tono  paternal   pronunció  “ Núñez,¿ hoy   no    se  medicó   cierto?”,  el alumno   respondió   con  una  negativa  que  tenía  un  poco  de  arrepentimiento de   tras    fondo. “¿Al   menos   logró   cambiar  el  reglón?” volvió a  preguntar el   docente   con  una  falsa curiosidad y  un  tono   un   poco   burlesco. “ Sí  profesor,  fui  a    mi  casa   y  reescribí  en  el libro  la  línea   de mi  historia  en  que    me  equivocaba   en  el  examen,  y   aprovechando  el   viaje agregue  un  renglón  y  escribí   que   luego  de  que   usted   se  mofase  de mí,  caería  de  lleno  al  bajar  la   escalinata”.   El  profesor  solo   se  remitió a  asentir  con   la   cabeza   ante las  palabras  de   su  excéntrico  estudiante, lo  único  que  se   repetía  en   su   mente  era  “ maldito   orate, maldito  orate”,  y  exactamente   esas  fueron  las   palabras  que  pronunció    luego  de   tropezar en  la   tarima  del  aula.

jueves, 20 de enero de 2011

QUIERO ENAMORARME


Quiero  enamorarme,  lo  digo    mascando  las pelusas  del   aire.
Quiero rescatar  del  profundo  pozo  todo  sentir  que  esté enjaulado,
Y  que    viva   acoplándose  a  una   temblorosa   sonrisa  que  constriñe  los labios.

Anhelo que las   confinadas partículas  embelesantes salgan  a  flote,
Se   tomen   mi  cuerpo  y  lo  hagan   danzar  como   sirena  en  luna  llena.
Quiero   sentir los  espasmos   dichosos  que  dejan  durmiendo  sobre  algodones.

Más  aún,  quiero  obviar  toda  lógica  existente  y lanzarme   al abandono cerebral.
Que por  solo  un  lapso la calma  profane  mi  burbuja latente,
Y  la empapele  de espirales   abanicados   que   coloreen  los tiempos muertos.

Es   tan  cierto que  nunca  he  amado  , tan  cierto  como  lo  es  mi  egoísmo,
Que   deja  en  evidencia  que  hago  planes  autocomplacientes,
En  claras   circunstancias     de  que  lo mutuo  es  el  eje.

Quiero enamorarme pues, pero   no  soy  tan   valiente.
Me acobarda   ceñirme   ese  cartel de  vulnerabilidad  compartida,
Pero se  bien  señores   que  ante  este   sentir  yo   acabaré siendo  incompetente.

Quiero  enamorarme  pues, me  lo  dicen  mis ojos   en las pupilas,
Porque  vacilan  y  andan  cabizbajos, como  buscando  sin  saber  qué.
Y  al   dormitar   se  arremeten   haciendo que irrumpan los  delirios.

Quiero  enamorarme  y  sentir al  fin    el   alma rebozante,
Quiero   enamorarme  si, y dejar  de   ser    la propietaria del  existir,
Dejar  la monotonía   de  destellos  leves que  no  ciegan.

Quiero  enamorarme  y  lo  grito  desde una  colina  a  los   cuatro  vientos,
Quiero enamorarme   de  forma cabal,
       inagotable ,
           irremediable
                 y apasionada
                          de  quien  ame  mi  amor  por  amar.
                            
                                                   
                                                                                 URI

domingo, 24 de octubre de 2010

POR TUS OJOS ARREBOLADOS

El  frío   me   calaba  los  huesos. No  andaba  gente  a  esa   hora  en la  caleta.  Aún   estaba  muy  oscuro, y  la  marea  estaba   alta. No  podía   esperar  , a si  que  prendí   el  motor   de  la  lancha y  partí  a  toda  prisa.  Tenía que  estar  de   vuelta antes  que  llegaran mis  compañeros. Mientras manejaba  la  lancha,  no  contenía  el  temblor de mis manos,  así que sorbí un  poco de aguardiente que llevaba en una petaquita, pero  no  era  pa´ calmar  la  sed, era pa´ los  nervios. Ay de  mí,  y de las  circunstancias que  me habían llevado a ser  pescador. Tenía un  futuro brillante, el  primero  en la  familia en la  universidad, el ingeniero  d e la  familia. El   hijo  de  pescador que   siempre renegó de   sus  orígenes  y   siempre  quiso  ser  más, para  salir  de  esa  caleta  inmunda. Y  ahí  estaba   ahora, hediondo a pescado,  hediondo  a mediocridad.
  Tu   tuviste  la  culpa de que  todo  se  desbandara,    con  tus  ojos  arrebolados. Tú  tienes  la  culpa  de enamorarme.
 Me  adentré  aún  más   en ese  mar. Me  desagradaba el mar desde pequeño,  tu  lo sabias. Me produce desazón.
A  mi  lado  llevaba  ese  bulto,  sí, ese  bulto. No podía mirarlo  sin desesperarme, sin llorar  a  gritos. Mis  lágrimas  resultaban más saladas  que la  mismísima  agua que me rodeaba.
  tuviste  la  culpa mujer. Tuviste la  culpa de este  sentimiento. Si  bien  te  amaba. No  soportaba  el  fracaso. Verme  encerrado, echarme la u,  estar  encalillado  hasta las  patas. Tampoco soportaba  la idea de  esa  guagua,  que  venía y había que alimentar. Si, soy  un  monstruo. Debía amarlo, ¿pero  qué  va?, era otro cacho. Me  sentía  podrido,  igual que esas  tripas  de pescado. Realmente  soy d e los  peores, de  los  peores.
  Llegué  al  lugar  deseado, bien  lejos de la caleta, por  ahí  por  donde  nadie  andaba. El lugar perfecto para  que  las  olas  escondan todo,  y  se  conviertan  en el  cómplice  anhelado.
  tuviste  la culpa amada  mía. Tuviste la  culpa de  esos  ojos amoratados  que  tantas  veces  cubriste prolijamente  con base. Tuviste  la  culpa  también de esas  cuantas  heridas que  fingiste  como  torpeza  tuya. Sé  que  me  amabas.  Lo  sé. Sé  que  nos  amábamos. Pero    también que  pudimos  ser  más.
Tomé aquel enorme bulto envuelto en frazadas y  nylon. No quería  dejarlo. No  quería  dejarte. No  quería dejarlos. Tomé  aire y  con  dificultad lo  abalancé por  la  borda. Me  despojé de  él.
Vi sobresalir, de  ese  negro  rollo  amarrado,  tu  blanquecina  mano,  esa  mano delicada  con las  uñas  pintadas con ese  rojo  cereza que  a    tanto  me  gustaba. Vi esos  dedos  bajar hasta  desapareces  en el  fondo,  atraída por el  peso  de la  roca a la  que  estaba  atada.
Ese  es  el  último  recuerdo  que  tengo  de  ti  amada mía. Y  todo  fue  tu  culpa. Por  enamorarme. Por  enamorarme con  tus  ojos  arrebolados.