FINITO

Corrió sobre los azulejos vibrantes por subterránea música, aquel buen mirar,
Se sostuvo como lámpara de lava que no quiere que la noche sencilla se eche a volar
Surgía en el fugaz momento aquel ensordecedor estrepito que suele llegar,
Cuando la luna se posa bonita sobre algún pavimento o algún pedestal.


Volaba en aquella mente una breve sonrisa y un gran resoplar,
Pensaba que el aire y el viento conspiraron en secreto para hacerle llegar,
A aquella bancas rotas en que nacía el cantico como migas de pan,
Y llegaban al espejo en que se reflejaba aquel bello umbral.


Tan misterioso había sido el destino , que no le insinuó lo que iba a pasar,
Aunque sabía que existen toros , capitanes y princesas, brujas y maestras en las historias a contar.
Fue como las imágenes se enredaron entre las ruedas y espigas camino al pantanal,
En que no se hunde ni la carne ni los huesos, ni los suspiros de besos que esperaban la luz mirar.


Eran ahora los muros los que reflejaban las miradas que ellos negaban a retirar,
Porque la brisa les dijo al oído que eran finitos los días al pasar.
Se les hizo un nudo temeroso y vacío, que con un solo toque podían desarmar,
Les asusto la palabra finito y prefirieron los gritos silenciosos, antes que el nudo desamarrar.


Entonces en cada ocaso esta la niña sentada mirando en dirección al mar,
Espera que llegue aquel segundo en que junte las fuerzas y de la cuerda pueda jalar.
Entonces en cada alba está aquel joven de espaldas viendo pasar los días en el espejo, esperando atento que alguno de ellos aquel nudo ciego pueda desatar.