Ante una ventana, un vidrio y un silencio
Busco en mi boca y ya no existen cuerdas,
Cual bala poderosa pudo herirla y no cuenta
Dentadura entreabierta en pálida cornisa
Arenas movedizas que salen desde adentro
Cantándote preguntas quien pudo hacer esto,
Los ojos te responden que talves fuiste tú.
Las voces de ultratumba hoy salen de los bolsillos
Lamentan no decir lo que las boinas no quieren oír,
Lamentan la tierra que los apresa y no los deja morir.
Llantos se convierten en los ecos de las fosas,
Mujeres y carteles forman los gritos agudos,
La voz se hace escuchar, las cuerdas a madurar.
No soy solo yo quien canta, sino toda la ciudad.
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