miércoles, 17 de agosto de 2011

LLEGÓ


Desesperado llora en una  oscura  habitación  imaginaria,
Llora   llanto  imaginario,
Imagina  que  llora,
Llora  por perder la  capacidad  de  imaginar.

Se  revuelca  poseído  por la histeria,
Gimiendo  de angustia,
Manchando  de  tintas  sus temblorosas  manos,
Rasguñando  el  tiempo  frente  a  sí.

Luego  de tanta  invocación llega  como  una  fría  cascada,
capacidad  ciega ,  olvido ,  descontrol,
vacío  , compartimentos  que  buscan  guaridas,
que se  auto esconden , se  auto mutilan.
Buscan  hallar  una  muerte   más  gloriosa que  su vida.

Sacuden  el  lugar  de punta a punta,
Lo convierten, lo  seducen, lo  erosionan,
Dejan  el despojo  etéreo  de su paso,
migajas  para el  que  espera.

Permanece  entre  las manos  ya  domadas,
el orate  del  lápiz  fue  saciado,
ha  recibido  su  inspiración.

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