Ayer llegó un
amigo nuevo a la casa, el amo le dice
Docky. A mí me dice Toby. Cuando el amo
lo entró a la casa me lo presentó y yo
lo empecé a olfatear, era bien chiquito,
todo arrugado, apenas se le veían los
ojos, pero era simpático. En la
tarde llegaron unos amigos del dueño a la casa, eran esos que tienen el auto grandote en el que me
encanta hacerme pipí en la rueda. El amo
los llevó a la galería y les
mostraba a Docky como algo nuevo,
repetían muchas veces la
palabra raza, yo no sé todavía lo que eso, y otra palabra como sharlei o chartei, bueno la cosa es que yo
estaba jugando con mi pollo de goma, así que
no escuche mucho. Le hacía mucho cariño. El nuevo amigo era bien especial, tenía miedo. En la
noche se ponía a llorar
porque extrañaba a su
mamá, me contaba que estaba calentito durmiendo al lado de
ella cuando el amo lo
fue a buscar y lo echaron en
una cajita y se lo trajeron, me dio pena, así que lo dejé
acostarse al ladito
mío, en mi cuadrado de madera, le dejé
claro que era momentáneo.
Hoy en la mañana
jugamos con las pantuflas del amo, le
enseñé como sacarlas sin que
se despertara, después lo dejé jugar con
el pollo de goma, aunque al principio
me enojé
porque lo sacó sin permiso. El amo nos
dio comida, la del chiquito era diferente, como más pequeña y no me
gustó el sabor. Fuimos a ver tele
en la cama con el amo, todos los sábados en la mañana hacemos eso. A Docky le gusta lamer
la cara del amo y él solo se
rie, así que yo también quería jugar, pero
cuando lamí la cara del amo no me di cuenta
que tenía la boca abierta y él
se enojó, me dijo que era
bruto porque boté la bandeja del
desayuno, y me bajó de la cama. El amo a veces hace
eso, me dice ¡pucha Toby! , y no me habla por un rato o me saca al patio.
Es raro que ahora seamos
tres en la casa, antes siempre hacíamos todo juntos , el amo me llevaba
a pasear en el auto, íbamos a su
otra casa, donde vivía
su mamá, ella siempre me daba galletitas. Me llevaba donde el señor de
delantal blanco, me da un poco de
miedo el señor de
delantal blanco, siempre que iba me daba unas cosas amargas y me pinchaba como una espina en la espalda y el amo me sujetaba
y me soplaba la cara, igual me daba risa que me soplara la cara. Con el amo salíamos a pasear, yo tenía un collar lindo, era azul con una gran hebilla, el amo
me llevaba al
parque con una correa y
recorríamos, yo antes creía que
ese era el mundo , y el amo
siempre me alejaba de los perros más grandes. El
collar está colgado en la galería, amo
dijo que ya me quedaba
chico, que me compraría uno
nuevo, pero creo que ya se le
olvidó. Ahora me deja salir
solito a la calle, me abre la
puerta de la reja y yo salgo a caminar , el mundo no
era solo el parque , a veces camino mucho y dejo de sentir
el olor del amo, si cruzo un puente me encuentro con los del
grupo grande, ellos no tienen amo, pero la gente les
deja comida en la puerta de su
casa, saben justo cuando le van a dejar su platito y tienen una
ruta que siguen todos los días. Cuando recién los conocí llegó el
más negro de todos y
me empezó a oler y después a
ladrar, primero me asusté, pero
después me invitaron a jugar con la
basura y es entretenido. Jugar con la basura es como un juego que vi en los
humanos para el cumpleaños del sobrinito del amo, pero ellos tenían una basura
que colgaba del techo, y la hermana del amo era la que ganaba porque
ella hacía explotar la bolsa y todos los niños iban y recogían la
basura, yo también intente, pero el amo me tomó en brazos. Bueno, con el grupo grande jugamos harto a explotar la
basura, yo gano seguido porque cuando me paro en dos patas soy
bien alto y la gente cuelga la
basura a mi altura. Hay algunos del
grupo grande que tienen que saltar
mucho y le van enterrando los colmillos a las bolsas y la
van desgarrando y así explota la basura, de a poquito. Hay muchas
técnicas para explotar la
basura, es entretenido. A veces los
humanos también quieren jugar
y nos persiguen, casi siempre con
escobas, el otro día a un chiquitito del
grupo grande le pegaron en una pata, y
todavía camina raro, pero es
porque corrió lento, el juego es
correr rápido.
El amo me reta cuando llego muy sucio, a veces llego con tierra mojada y el amo no me deja
dormir con él, pero igual al otro día me abre la reja y puedo salir a pasear, llego cuando el sol se está poniendo, el amo me da
agua y comida y me hace cariño un rato.
Hoy quería llevar a pasear al nuevo, pero el amo no me dejó,
lo sacó a pasear él con el collar azul
que ya no me queda, los seguí un ratito
por el parque, pero después me aburrí y
fui al otro lado del puente, con los del
grupo grande fuimos
a perseguir ruedas, vamos a la
avenida de los autos y cuando pasan ruedas las tenemos que intentar morder, es como si te limaran los dientes, es super adrenalinico. También son
divertidas las ruedas de bicicleta,
aunque los humanos de las bicicletas siempre empiezan a patalear cuando nos
ven, como a pegarnos patadas,
creen que los queremos morder, pero
nosotros solo queremos lamer la rueda, ese
es el juego de la bicicleta. Al
final del juego el que lame más
ruedas gana, y come primero de
los platos que deja la gente afuera de
las casas o es el primero en tomar agua, así el plato no esta con tanta
baba. Hoy no gané en perseguir ruedas, pero
fue entretenido.
Me despedí del grupo grande y fui a
ver si el amo todavía estaba en el parque pero no
estaba, después fui a la casa y
tampoco estaba, el nuevo tampoco , así
que seguí paseando, pero me fui
hacia el otro lado, allá hay
otro grupo pero no son tan amistosos, por eso
voy menos a ese lado. Empecé
a sentir ese olor rico , que me
da como cosquilla, así que
lo seguí, me encontré
con el otro grupo y también sentían el olor, así que lo seguimos juntos. Me gusta ese olor,
así que como quedé atrás por tratar de
lamerle la rueda a una bicicleta ,
me puse
a correr para alcanzar
al grupo y ganarles. Pero
iba corriendo y algo me pegó, me dolió mucho y empecé a llamar al
amo, pero no llegaba, se acercó una señora que bajó de un furgón, era la
señora que le vende tortillas al amo y que me decía grandote. Me dolía mucho la
barriga, creo que me dormí.
Aparecí en la casa del señor con bata, mi dueño está acá a mi lado, no me puedo mover mucho, tengo un tubito que llega a mi pata, parece que el señor de bata me afeitó la pata, me carga el señor con bata. El amo hace rato me está mirando, hace poco llegó la novia del amo y lo abrazó y me hizo cariño, no me gusta el olor de la novia del amo, me hace estornudar, pero hoy no estornudé. Me duele menos la barriga, pero cuando el señor de bata me tocó, me dolió mucho. Me pincharon hartas espinas, hay una maquinita con un ruido molesto a mi lado, como un pitito cortado. Hace unos minutos le dijeron al amo que le daban un rato para que se despidiera, nos quedamos solos en la habitación, el me hizo cariños y me hablaba y le salían gotas de los ojos. ¿Porque se va a despedir?, yo no quiero que el amo se vaya de viaje de nuevo y la mamá del amo me vaya a dejar comida en las tardes, no me gusta estar sin el amo. El amo le dijo al señor de bata que estaba listo, entró y llevaba un tubo grande como con algo clarito adentro. Le puso algo al tubito que sale de mi pata, porque me da cada vez más y más sueño, siento la mano de mi amo haciéndome cariño en la cabeza, es relajante que él haga eso, voy a dormir rico, cuando despierte quiero que el amo me lleve a la casa y me dé el premio que me daba cada vez que íbamos al señor de bata, así como cuando era chiquitito.
Tengo mucho sueño. Buenas noches amo